:: Treinta ::

Hoy quisiera escribir desde el patio de una casa con vista a un lago azul celeste.

Tengo la TV en el volumen mínimo razonable para poder escribir, aunque estoy a un segundo de apagar su transmisión. Encontrar un poco de silencio en mi casa a veces parece tarea irrealizable, pues el status de la mañana es evitar el silencio a toda costa, – y eso involucra vecinos o transeúntes que circulan por las calles de aquí – lo cual limita muchas veces el encontrase con uno mismo, las distracciones parecen eternas y alejan muchas veces esos momentos necesarios para vivir.

Quisiera que mi mundo fueran estas letras, – TV OFF – y vivir una historia muy parecidas a las que leí en Rayuela de Julio Cortazar. Quiero un apartamento, quiero un espacio que sea mio, que sea mi refugio, que sea mi reino y mi gobierno, quiero la independencia que soñé tener para cuando cumpliera 30 años. He descubierto y he aceptado que no me interesa ser millonario, o un tipo famoso, solo quiero un espacio que sea mi lugar, una faena que pueda desempeñar con alegría y que me permita tener vida y suplir lo básico que pueda necesitar, quiero y no quiero un amor, quiero vida y no monotonía en la misma.

Cada día es un día menos para mis 30.

Tengo días en que encuentro razones para estar contento por ello, igual hay días en que tengo razones para no querer llegar a ellos. Es un año horrible el que llevo, y en medio de toda esta oscuridad intento encontrar luz y energía para volver a tener aquel mismo empuje de antes. Estoy alejado de la razon que me sostenia hacia mucho tiempo, hoy no puedo creer en nada, simplemente vago por los caminos de la incredulidad.

Tengo esperanza en un cambio repentino al llegar mis 30, – un cambio de suerte, un giro importante en mi vida, que se yo? – y leo esta linea y veo esperanzas que quizás no puedan llegar, pero que tampoco puedo dejar de tener. Ya los cambios han aparecido, hoy soy un hombre mas maduro, he descubierto el arrepentimiento pues me he equivocado, la vida es una ruleta y voy girando en ella, con la diferencia de que soy consiente de ello. He llevado mis excesos al limite pero igual estoy cansado de ellos. En fin, llegar a los 30 se esta convirtiendo en ser consiente de todo lo que voy haciendo, y solo queda la parte de corregir aquello que no provoca cambios en mi vida.

Y quizás me haga a la mar este año, y lo recordare como monumento a la libertad en honor a mis 30 años.

Salud!